martes, 21 de agosto de 2007

CSO La Traba: Trabando conciencias, abriendo camino al margen del capitalismo cotidiano

Entrevistamos a varios-as activistas de la asamblea del CSO La Traba (Legazpi-Madrid). Segun va avanzando la entrevista, se hace un repaso general de los meses de vida del centro social, haciendo incapié en la necesidad del debate publico y respetuoso entre la diversidad de los movimientos sociales. Lo importante del acercamiento al barrio, así como al resto del movimiento anticapitalista. El CSO La Traba, es un espacio que se pretende construir por todos-as y para todos-as.

R.A: La Traba es una continuación del CSO Milano desalojado ¿De donde sale el proyecto del CSO Milano?
Varixs compañerxs de diferentes colectivos valoramos que poco a poco estaba creciendo la lucha social a nivel de Madrid y veíamos cada vez a más gente activa en diferentes proyectos, pero al mismo tiempo echábamos de menos que estas luchas estuvieran arraigadas en los barrios. Así, sentimos la necesidad de hacer un trabajo que no sólo planteara problemas generales, sino que también señalara problemáticas locales con la intención de que los vecinos pudieran ver con simpatía ese trabajo. El proyecto político del CSO Milano comenzó el 8 de marzo de 2007, por eso pusimos esa fecha como nombre a nuestra asamblea (Colectivo 8 de marzo), aunque también aprovechamos la ocasión para homenajear a las mujeres feministas, trabajadoras y revolucionarias. En esencia, era y sigue siendo por tanto una modestísima propuesta que pretende contribuir a activar la lucha social en los barrios, empezando por aquel que tenemos más cerca y dónde más compañerxs viven. Además, por supuesto, es un proyecto que aspira a crear un punto de encuentro para los movimientos sociales de Madrid y servir de soporte para su fortalecimiento.


R.A.: ¿Cómo os ha servido la experiencia del desalojo del CSO Milano, para la posterior okupación de La Traba?
Por desgracia fue una experiencia demasiado breve, después de una semana de okupación la policía encontró supuestamente una argucia legal para presionar nuestro desalojo. En una semana no hay tiempo prácticamente para nada, salvo para lo esencial: aprender que el hecho de okupar es mucho más sencillo de lo que parece. Las cadenas psicológicas e ideológicas del sistema represivo nos arrastran a la sensación de que transgredir las normas es algo muy grave, casi imposible de llevar a cabo y que conlleva un riesgo excesivo. Cuando fuimos capaces de aplicar nuestros sentimientos de desobediencia y pasar por encima de esas cadenas, nos dimos cuenta de que okupar no es otra cosa que abrir una puerta y cerrarla a conciencia. Incluso comprobamos que muchas puertas ya están abiertas.

También hay que decir que junto con los meses de preparación previos a la okupación, esa breve experiencia nos sirvió para cohesionar el grupo de companerxs, y a la vez madurar y crecer, tanto numérica como políticamente. Desde lo más técnico, cómo habilitar un espacio y empezar a ponerlo en marcha (al menos la planificación), definir mejor la estrategia legal y en general cómo desarrollar en la práctica el proyecto, hasta el enriquecedor debate sobre nuestros objetivos políticos. Precisamente el hecho de que el desalojo se diera en tan pocos días nos hizo reflexionar sobre cuál es la prioridad de un proyecto de okupación que pretende echar raíces en un barrio. De cara al exterior, aprendimos que era importante acercarse primero a los movimientos sociales y después a los vecinos, no al revés. Es decir, por mucho que uno pretenda dirigirse a la comunidad local, en primera instancia es el movimiento anticapitalista el que está más familiarizado con las experiencias de okupación y son sus integrantes quienes ante un desalojo prematuro, acudirán más rápido a solidarizarse; máxime si se trata de un proyecto que acaba de empezar a andar y al que no le ha dado tiempo a afianzarse.

R.A.:En La Traba confluyen personas de diversas ideologías ¿Como se lleva esto, a la hora de la asamblea? ¿Como entendeis la pluralidad en la okupación?
En esencia, procuramos que las diferencias ideológicas no nos separen, sino que nos enriquezcan, la diversidad de puntos de vista ha de servir para fortalecer nuestra formación y para fortalecer nuestro proyecto.

Por un lado hay que decir que la diversidad ideológica está presente en multitud de asambleas y espacios de cualquier ámbito político anticapitalista. Creemos que es algo normal en una situación social presa del capitalismo salvaje donde las luchas apenas están comenzando a recomponerse. En nuestro caso, y a sabiendas de que las personas que participábamos en la asamblea inicial veníamos de experiencias diversas, entendimos que nos podía venir bien tener una declaracion de principios como instrumento de cohesión. Es decir, en esencia se trata de no centramos en las diferencias sino en unos acuerdos de mínimos que nos unen, y tratamos de caminar en torno a ellos. Somos conscientes de que muchas veces se dan puntos de conflicto ideológico, pero al mismo tiempo esto se sortea con el trabajo cotidiano en común, espacio donde apartamos la teorización en abstracto y nos centramos en problemas reales y luchas concretas. Es en estas situaciones en las que realmente nos damos cuenta de que es posible saltar por encima de las diferencias políticas (y que no son tantas como parecen). Pero apartar las diferencias no significa que cada un@ reniegue de sus ideas o que minusvaloremos la necesidad de formarse ideológicamente. Por el contrario varixs compañerxs han impulsado en estos primeros meses de okupación en La traba un taller de formación política (marxismo para principiantes), espacios para el debate de carácter libertario... y esperamos en el futuro poder realizar más talleres y actos donde aprender sobre las diversas ideas y pensamientos que habitan en el movimiento anticapitalista.

En lo que se refiere al movimiento de okupación en un sentido más amplio vemos que la pluralidad es patente, si bien existe una fuerte participación libertaria. De cualquier manera, como una parte más del movimiento anticapitalista que es, existen formas diferentes de entender la lucha y no por ello ninguna es obligatoriamente mas válida que otra; cada un@ emplea las herramientas que cree más oportunas para cada situación.
Es interesante que este año se ha puesto de manifiesto que podemos avanzar junt@s en algunos campos de la lucha, dándose experiencias unitarias que a nosotros nos han parecido muy positivas, como el bloque por la okupación en la manifestación por una vivienda digna del pasado 24 de marzo, o la manifestación contra los desalojos y en defensa de los espacios liberados del pasado 29 de junio. Aun a sabiendas de que existen diferencias entre las asambleas que organizaron esas movilizaciones, creemos que tod@s logramos dar un ejemplo de antisectarismo y voluntad por la confluencia en las cuestiones elementales.

R.A.:Que opinión teneis sobre las organizaciónes políticas extraparlamentarias que participan en los centros sociales?
Toda ayuda es poca para fomentar los espacios de autogestión y democracia radical. En cualquier caso ponemos especial cuidado en que las organizaciones que se acercan a nuestro proyecto no instrumentalicen nuestra lucha ni la de los movimientos sociales, sino que la apoyen libremente desde la honestidad y sin oportunismos. Si se respeta nuestra forma de trabajar, que pasa por el asamblearismo y la horizontalidad, cualquier organización es bienvenida.
También es cierto que la actividad de los centros sociales okupados es bastante intensa y si algún grupo se acerca con intereses dudosos en seguida todo el mundo se da cuenta. Por tanto, no vemos un gran problema en esto, por el contrario somos muy pocos en el movimiento y creemos que debemos abrir las puertas de nuestros centros sociales para que más gente se acerque y participe.

R.A.:¿Cómo valoráis estos meses en La Traba? ¿Se ha dado a conocer a los movimientos sociales de Madrid? ¿A la gente del barrio?
En general valoramos que, si bien las tareas de limpieza y de mantenimiento político y organizativo de un proyecto de okupación son muy duras, la experiencia está siendo muy buena. Nuestra líneas de acción se pueden resumir en dos: un trabajo de colaboración y apoyo al resto de movimientos sociales de Madrid, y un trabajo más de cara al barrio.

Es siguiendo estos dos ejes donde hemos desarrollado nuestra actividad, tratando de abordar los temas que nos inquietan como colectivo: antipatriarcado, movimiento obrero, antifascismo... intentando en la medida de lo posible acercar estas problemáticas al barrio. Algunos de los talleres han sido propuestos y desarrollados por personas que viven en el barrio (como el taller de fotografía o el taller de castellano para inmigrantes), y otros surgen a iniciativa de la propia asamblea (formación política, malabares, escalada, proyecciones varias).

Una de las experencias más interesantes del centro social es la “asamblea juvenil” de La Traba, con la participación de chaval@s del barrio de entre 14 y 16 años, que en su mayoría comenzaron a acercarse por el centro social a pasar la tarde, jugar al ping-pong, etc, pero que poco a poco mostraron su interés por participar más activamente en la gestión del centro social y realizar actividades en conjunto (reparto de panfletos, pegada de pegatinas antifascistas, participación en manifestaciones, teatro...).

Otra experiencia de autoorganización dentro de La Traba es la asamblea de mujeres que ha comenzado a caminar hace unos meses, despacio, pero hasta ahora con paso firme, y que pretende ser un lugar de encuentro entre mujeres anticapitalistas que sufren una doble explotación (capitalista y patriarcal). Desde este espacio se han desarrollado debates sobre cuestiones teóricas feministas y también se han hecho actividades en la calle.
Así mismo, dentro de marco de trabajo hacia el barrio hemos realizado jornadas de salud popular en las que dos médicos aconsejaban y charlaban con vecin@s orientándoles; masajes gratuitos de shiatsu dos veces por semana, y en julio y agosto el cine de verano que ha tenido una buena acogida.

Al mismo tiempo, hemos querido participar de las luchas que creemos importantes y de los movimientos de carácter combativo y anticapitalista que se desarrollan en la ciudad (campaña de apoyo a los sindicalistas presos Cándido y Morala, por la absolución de los detenidos anti-LOU, resistencia al desalojo del CSO La Alarma, actividades con la caravana de presos que recorrió en julio el estado español, participación en manifestaciones contra el racismo y por la convivencia...), así como ceder el espacio para la autogestión de otros colectivos (fiestas de colectivos mapuches, de la Coordinadora Antifascista de Madrid, etc), para charlas politicas...
Creemos sencillamente que acabamos de echar a andar y que según vaya pasando el tiempo tanto los movimientos sociales como el barrio nos pondrán en el lugar que merezcamos.

R.A.: Aunque no haya una formula mágica ¿Como creéis que debe ser este acercamiento para que sea efectivo y real?
Efectivamente no hay fórmulas mágicas ni atajos: repartir panfletos, pegar carteles, prácticar el apoyo mutuo apoyando a aquellos colectivos que necesiten ayuda, trabajar para construir espacios de encuentro, de debate y de movilización... Tenemos en frente al capitalismo y es necesario desarrollar líneas de acción concretas y participativas contra él, y eso conlleva que tarde o temprano necesitaremos la compañía de otros movimientos sociales y de muchos vecin@s de los barrios. Por tanto hay que trabajar duro en ambos espacios y ser conscientes de que ninguno de los caminos son fáciles, que a veces las cosas saldrán bien (y saldremos fortalecid@s) y a veces mal (y aprenderemos de nuestros errores). Pero sobre todo es importante ser coherentes con nuestras ideas y no estar impacientes por "recoger frutos". La lucha es absolutamente larga y los procesos de construcción de la conciencia colectiva anticapitalista son lentísimos. En el barrio lo estamos comprobando, todo el trabajo político que realizamos sirve para que exista un poco más de vida que antes, pero el ritmo que podemos imprimir con nuestras cabezas y nuestros brazos exige enormes dosis de paciencia y de saber entender el valor de los pequeños avances cotidianos.

R.A.:Parece que desde hace un año, se han consolidado centros sociales y se han realizado diversas okupaciones. ¿Como veis la okupación actualmente en Madrid?
En los ulltimos tiempos asistimos a una revitalización del movimiento de okupación en Madrid, viendo cómo las viviendas okupadas y los centros sociales florecen en los barrios desarrollando experiencias claramente combativas, haciendo realidad la tan coreada consigna "un desalojo, otra okupacion"; El aumento de la represión a las experiencias de okupación que vivimos en Madrid se enmarca en ese contexto, el auge del movimiento es una amenaza para el sistema, que se revuelve contra él de la forma más virulenta posible. El KBO, la Ramona, La Facultad Okupada y Autogestionada, Navalquejigo, la Perrera, La Alarma, viviendas okupadas... es evidente que la okupación está actualmente exténdiendose como herramienta de lucha.
Así mismo, creemos que esto no es un hecho aislado. Existe una tendencia más general de auge de otros sectores del movimiento anticapitalista que impulsan luchas por la vivienda digna, antirrepresivas, feministas, antifascistas, antimonárquicas, antiimperialistas, etc. Es decir, entendemos al movimiento de okupación como una pata más de la lucha anticapitalista y por eso creemos que su crecimiento no está desligado de una tendencia (lenta) más amplia, la cual está sujeta al aumento de la explotación económica, de la privatización de nuestras vidas y, en consecuencia, de la negativa de cada vez mayores capas de la población a agachar la cabeza.

R.A.:¿Teneis relacion con los demas centros sociales de Madrid?
Hasta el momento se puede decir que nuestra relación con los demás centros sociales es muy buena. Este año se han dado experiencias de confluencia en torno a problemáticas e inquietudes comunes, como puede ser la necesidad de visibilizar el movimiento de okupación como herramienta de lucha anticapitalista o por mera necesidad de defensa de las okupaciones ante los desalojos. En estos casos se han realizado llamamientos explícitos a la solidaridad y hemos intentado estar presentes en la medida de nuestras posibilidades, lo cual nos ha permitido conocernos mejor y estrechar lazos de confianza.

R.A.:¿Creeis en la necesidad de organizarse entre todos los centros sociales de Madrid? ¿Se podria tomar como ejemplo la Asamblea de okupas de Cataluña?
Creemos que sería importante coordinarnos mejor entre todos, en tanto que prácticamente todos los centros sociales okupados tenemos problemáticas comunes, si bien los proyectos políticos pueden variar en ocasiones. Además de intercambiar informaciones, experiencia y apoyarnos mutuamente en las situaciones difíciles, a nuestro juicio también deberíamos abrir un debate político sobre otras cosas que nos unen, luchas de diversa índole..., todas ellas encaminadas al objetivo de destruir la lógica del sistema capitalista. Es decir, creemos que una coordinación necesaria es aquella encaminada a trabajar en campañas concretas que sirvan para unir y fortalecer las luchas del movimiento anticapitalista. Muchas veces nos quedamos en una coordinación para defendernos mutuamente de los ataques, y olvidamos que unir nuestras fuerzas puede suponer un serio problema para el sistema. Si un centro social puede poner en jaque al sistema en un barrio, ¿¡qué no podrán hacer muchos CSOAs unidos por una misma causa!?

Por otro lado creemos que hay que poner sobre la mesa un debate sobre la no dependencia absoluta del espacio físico de la okupación. Es decir, entendemos que la okupación es mucho más que un lugar físico: es un proyecto de lucha que no puede estar sujeto a las reglas legales de un estado que nos desaloja o no según le conviene. En decir, la okupación sirve para que los colectivos difundan sus ideas con iniciativas de todo tipo y para que se autogestionen económicamente. Pero también deberíamos tener en cuenta que desde la okupación, en tanto que es un espacio por el que pasa mucha gente, se tiene que generar autoorganización en los barrios, nuevas asambleas y nuevos espacios donde más personas puedan activarse en la lucha. Y esa autoorganización debería permanecer por encima de un desalojo.

La realización de actividades en un centro social okupado es deseable y debe buscarse en todo momento, pero no puede ser un fin en sí mismo porque en tal caso estaríamos poniendo en manos del estado (que nos puede quitar el espacio físico cuando lo crea necesario) el desarrollo y crecimiento del movimiento social en lucha. Las asambleas (instrumentos organizativos y políticos de los proyectos anticapitalistas) deben sobrevivir a un desalojo, ese es a nuestro juicio uno de los retos del movimiento de okupación.

R.A.Pues muchas gracias por la atención, añadir lo que querais y a seguir TRABANDO!
Desde el CSO La Traba damos las gracias por la oportunidad que nos das de explicar en qué consiste nuestro proyecto, y enviamos muchos ánimos a toda la gente que esta implicada en proyectos de okupación o en cualquier ámbito de la lucha anticapitalista. Así mismo, mostramos nuestra enfurecida solidaridad con l@s compañer@s desalojad@s en los últimos meses.

¡Okupar, resistir, construir!

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Por Rafael Alamillos