domingo, 15 de abril de 2007

Civismo VIP en el barrio

A día de hoy los sistemas democráticos, han conseguido difuminar intensamente la delgada linea del civismo y la violencia, confundiendo así términos y situaciones de cara a la galería, donde son expuestos nuestros derechos guillotinados.

De aquí a hace unos años, se han multiplicado las normativas locales y provinciales que llevan por nombre, del civismo o de medio ambiente. De estas, se han realizado extensos análisis, los cuales han desenmascarado el cinismo del civismo institucional. Para comenzar podríamos sacar varias conclusiones de ese cinismo del que hablabamos, y solamente lo podríamos hacer definiendo las denominaciones de estas normativas. Civismo, un termino muy al uso de la democracia, con el cual excusan la represión que se ejerce contra las gentes de la calle, barrios enteros y movimientos sociales. El civismo ha sido el mayor descubrimiento de la democracia burguesa, la excusa perfecta, la estrategia a seguir para hacer la mayor limpieza de cualquier tipo de movimiento político, social o sindical. Mejor que civismo, seria su civismo, es decir, todo lo que no encuadre en sus marcos legales o constitucionales, de los que tanto hablan, se convierte en incivico y los-as que lo practiquen, en violentos. Con esto queda todo atado, para presentarlo en sociedad. Lo que se refiere a las que denominan de medio ambiente, son la gota que colma el vaso del cinismo, y es que, con estas normativas nos quieren hacer creer que reivindicar nuestro derecho a la calle o realizar propaganda del activísimo político, es contraproducente contra el medio ambiente, y es que ahora resulta que ahora, nosotros-as, somos los culpables del deterioro del planeta.

Como podemos comprobar, solo los términos utilizados por el estado para nombrar sus leyes, ponen al descubierto el sentido de estas, que no son más que el de la represión, más que el del avance del recorte de libertades y derechos que sufrimos, más que la del perpetuar sus sistemas políticos basados en lo limpio, en lo impoluto.

Pero para desgranar un poco más, las consecuencias de estas normativas nos encontramos que el recorte de derechos llega a ser completamente dictatorial y con bastantes parecidos aquel 1984 de Orwell. Se prohibe el reparto de propaganda política, la pegada de carteles, colgar pancartas, la prostitución, la venta ambulante, el patinaje, el arte callejero y tantas otras restricciones para las gentes de la calle. Todo esto, bajo sanciones económicas desorbitadas, con las cuales consiguen o al menos intentan, ahogar nuestras libertades y derechos. Estas prohibiciones aumentan la censura a los movimientos políticos, aumentan el recorte a la libertad de expresión y evidentemente hacen que las calles de nuestros pueblos y ciudades permanezcan limpias e impolutas, sin fisuras, sin otra cara que la institucional, y es así como van destruyendo nuestros barrios. Ciudades como Barcelona o Valladolid han sido las que han sufrido las normativas del civismo más duras, llegando estas a prohibiciones que rozan el absurdo, como no poder colgar la ropa en nuestras terrazas. Otras como localidades extremeñas o los pueblos de la zona sur de Madrid como Leganés o Alcorcón han tenido también su sesión de fascismo institucional y cinismo represivo.

Pero no podríamos dejar escapar la oportunidad de contextualizar estas normativas y enmarcarlas dentro del progresivo robo de derechos ya conquistados hace bastantes años, al igual que no podemos olvidar, el empeño de convertir nuestros barrios y pueblos en ciudades de fashion-diseño, donde solo y exclusivamente el redil del consumo tiene validez. De todo esto tenemos ejemplos, según salimos de nuestra casa, y observamos como el mobiliario urbano inútil inunda las calles, hasta convertirlas en carreras de obstáculos, edificios inmensos que no hacen si no afear nuestra vida y convirtiendo nuestros barrios en fortalezas de la vigilancia, estas y otras medidas de pijización nos hacen sentir ajenos a nuestros ambientes, costumbres y gentes, dividiendo e individualizando la convivencia entre nuestros vecinos-as. Para todo esto y con estos objetivos, los ayuntamientos promulgan las Normativas del civismo y Medio ambiente.

Cuando hablabamos de contextualizar estas normativas, no podemos olvidar el poder del capitalismo y el del "dios dinero". Y es que en tiempos de especulación urbanística y precios desorbitados en la viviendas, las normativas del civismo juegan su baza democrática. El poder que el sector de la construcción ha cobrado en nuestro país, no ha dejado escapar esa manía de ciudades de diseño y no solamente no lo ha dejado escapar si no que en parte son la base de todas ellas. Así vemos que cuando nos referíamos a la pijización de nuestros barrios, nos encontramos que donde se veían tiendas de alimentación, kioscos de prensa o videoclubs, ahora han sido sustituidas por esos escaparates, que dan repelus, llenitos de carteles ofertantes de viviendas inadsequibles, negocios inmobiliarios y más especulación. Vemos como nuestro magnifico litoral se encuentra plagado de campos de golf, balnearios y hoteles de lujo, y sacamos la conclusión de que nuestros barrios y pueblos son acotados y reservados para VIPS. Es así como el capitalismo ibérico, encarnado por el negocio de la construcción, entra en acción.

Tras este panorama, hay pedazitos de esperanza que se levantan contra la imparable modernización VIPS que nos quieren imponer, encontrando ejemplos como el del Parking del Gamonal en Burgos, la Alameda de Hercules barrio de Sevilla o la lucha contra la normativa del civismo en Leganés, barrio obrero de Madrid. Estos y muchos más ejemplos se suceden en todo el estado, como resistencia y defensa de nuestros barrios, nuestras gentes y nuestras costumbres. Y es esta defensa la que puede hacer parar a este tren, en el que solo con tarjeta VIP se puede subir.

Rafael A. - La opinión en red

sábado, 7 de abril de 2007

El ejemplo en José Couso

Y al amanecer de aquel Bagdad viviendo un 8 de Abril de hace ahora cuatro años, antes de que los relojes irakis marcaran las 8.00h, un carro de la muerte apuntó y tras la otra orilla del Tigris, hizo su objetivo en una de las ventanas del Hotel Palestina, asesinando a José M. Couso Permuy, tiñendo un trozito de nuestro corazón de color tristeza. Unos apuntan, otros disparan.

El pasado mes de marzo, se cumplió cuatro años desde que los escuadrones de la muerte fraguados en las Azores, cruzaran la frontera de Kuwait. Hoy, cuatros años después, los escuadrones siguen marchando a sus anchas, enfundados en armas, aún sin apagar los rescoldos de los que trabajaron sembrando muerte y dolor y ahora recogen tempestades. Tras este reguero de sangre y lágrimas, entremezcladas entre billetes y fuel, continúan las del compañero José M. Couso, periodista y cámara de televisión, asesinado en los primeros días del genocidio iraki, mientras se encontraba cubriendo la invasión al pueblo de Irak, en zona civil y "protegida".

Y es que este crimen de guerra, causo gran estremecer entre la opinión publica del país así como del resto de países, más a los que familiares y amigos-as nos eran cercanos por cualquier circunstancia. Pero pudimos comprobar, como a nuestros "representantes políticos" de aquel momento, lo del estremecimiento más bien se les convirtió en remordimiento, aunque no les duro mucho y decidieron invertir la realidad e insultandonos con un simple daño colateral. Y es que la voz de millones de personas, que reclamamos un stop a lo que se suponía una gran matanza civil , no sirvió para que los amos del mundo se retractaran, por esto y en estos instantes los promotores, aliados, sirvientes y mercenarios y cualquiesquieran que participaran en la invasión al pueblo iraki, fueron son y serán RESPONSABLES únicos del asesinato a José Couso y el resto de miles de personas caídas en post de una democracia, nacida muerta y con las manos manchadas de sangre. Tras este crimen de guerra, se escondían las manos ejecutoras de un tal 64 Regimiento Blindado, 4º Batallón, pertenecientes a la 3ª División de Infantería del Ejército de los Estados Unidos, este y otros tantos fueron los que decidieron ir por su cuenta, aumentando aún más el tiranismo al que sometían a la población, y apuntaron al Hotel, donde se ospedaban los periodistas enviados de una mayoría de países. Y es que la palabra, la imagen y el testimonio del los testigos incómodos(*) es un arma mucho más peligrosa que balas y misiles. Fue esta y solo esta, la intención del capitán Philiph Wolford y su dedo ejecutor, Sargento Gibson. Y es que la prensa habla y escribe y estas palabras pueden llegar a desbaratar altas esferas con intereses millonarios disfrazados de solidarios y libertadores.

Tras cuatro años desde estos sucesos, que también se cobro la vida del periodista Taras Protsyuk (Agencia Routers), las explicaciones, estudios, análisis y conjeturas varias han quedado todas ellas dichas, la responsabilidad ya tiene nombre y apellidos, la muerte tiene rostro y el dolor sembrado, esta firmado ante notario, por ello en este 4º Aniversario me quiero dedicar a resaltar el arduo trabajo realizado por los Hermanos, amigos y compañeros de José Couso y a todas las personas y colectivos que han apoyado esta justa causa. La labor realiza por los hermanos de José, es digna de ser ejemplo para el futuro al igual que a la valentía y cariño demostrada por amigos-as y compañeros-as. Y es que la norma de la asociación HAC de José Couso, siempre ha sido la constancia y valentía a la hora denunciar los hechos, señalando sin titubear a los únicos responsables, resaltando al igual, la coherencia demostrada en el camino. Esta combinación a la hora de la pelea por la verdad, ha conseguido hacerse oír por todos los rincones del estado español y en parte de otros países europeos o americanos, extendiendo así la lucha por la investigación y justicia por la muerte de nuestro compañero, estando presente allí donde se escuchaba clamor por la verdad. Solo me queda apoyar y arropar a todas las personas que se han implicado, de una manera u otra, en la dura pelea de combatir al poderoso

Y tras el amanecer vino el llanto y la rabia, para tiempo después y ya al anochecer, se armara de valor para que al día siguiente se escuchara la palabra Justicia allá donde los escuadrones de la muerte caminaban ansiosos de poder y ambición. Este es el ejemplo, el ejemplo en José Couso.

Ningún ejercito defiende la paz.


Rafael A. - La opinión en red
Info: http://www.josecouso.info/